70 años han pasado desde que se fundó la Casa de España en México, hoy El Colegio de México (COLMEX). Por esa razón, se llevó a cabo dos actos conmemorativos, el 1 de octubre presidieron los príncipes de Asturias, y al día siguiente, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard. En cada uno de esos días, académicos de El Colegio de México dictaron diversas conferencias magistrales.
Parece increíble que un proyecto temporal, propuesto por Daniel Cosío Villegas en 1938, al entonces presidente Lázaro Cárdenas, se convirtiera con los años en una universidad dedicada a la investigación y a la enseñanza superior, que en la actualidad organiza y realiza investigaciones en cuanto a ciencias sociales y humanidades, edita libros y revistas, y colabora con otras instituciones nacionales y extranjeras.
El proyecto consistía en invitar a un grupo de intelectuales españoles, para que vinieran a dar conferencias a las universidades públicas mexicanas mientras concluía la Guerra Civil en España, donde gobernaban los republicanos.
El presidente vio en esa iniciativa “una oportunidad para consolidar su política internacional humanitaria”, explicó Javier Garciadiego, actual director del COLMEX, por lo que le dio rienda suelta al proyecto.
Se le hizo la invitación a varios intelectuales que tenían cargos en el gobierno republicano. El mismo Cosío se encargó de presentar listas de posibles invitados, apoyado en informes del Instituto de Cooperación Intelectual de París, la Junta de Cultura Española creada por la República, organizaciones de ayuda a intelectuales en problemas de guerra, y hasta sugerencias de la poeta chilena Gabriela Mistral, amiga del propio Cosío y de Alfonso Reyes.
Pero los doctos españoles pensaban que venir a México era abandonar su compromiso con el régimen acosado por el franquismo. Así que con un poco de perseverancia, llegaron a México 12 profesores temporales.
El Fondo de Cultura Económica, bajo la dirección de Daniel Cosío, prestó “dos pequeños cuartos” en la calle de Madero, al cual se le nombró la Casa de España. Estos profesores se organizaron para dar conferencias a distintas universidades, en Michoacán, en Jalisco y en Guanajuato, así como en la Universidad Nacional Autónoma de México y en el Instituto Politécnico Nacional.
Por fin la Guerra Civil española terminó con la derrota de los republicanos: “Los profesores temporales no podían regresar, como era el plan original; había triunfado el franquismo y el contexto era absolutamente distinto. Y no sólo no regresan los temporales, sino que llegaron por decenas más intelectuales, sabiendo que en México les estaba dando cobijo a esos 12”, comentó Garciadiego.
Luego en marzo de 1939, el presidente Lázaro Cárdenas nombró a Alfonso Reyes presidente de La Casa de España y de su patronato. Este patronato quedó formado por Eduardo Villaseñor, subsecretario de Hacienda, en representación del Gobierno; Gustavo Baz, rector de la Universidad Nacional; Enrique Arreguín, en nombre de la Secretaría de Educación Pública, y Daniel Cosío Villegas, como secretario del patronato y de la Casa, y segundo de a bordo.
Esta Casa “fue un espacio cuyo propósito era vincular a los científicos e intelectuales que llegaban de la península ibérica a las instituciones mexicanas como la Universidad Nacional, las universidades estatales, hospitales y laboratorios", explicó la doctora Clara Eugenia Lida, estudiosa del exilio español durante la época franquista.
Con respecto a Alfonso Reyes, dedicó durante casi veinte años, y de manera interrumpida, su tiempo y su pasión a esta obra cultural y académica, y a la creación literaria: “dos amores vividos con una misma devoción.”
Con el éxito que tenía la Casa de España, ésta ya no podía permanecer como únicamente un proyecto, ni mantener su carácter temporal, por lo que en 1940 se transformó en El Colegio de México, y no sólo eso, en una institución permanente que se logró insertar en el sector de la educación pública en México.
Durante esos años fueron creados diversos centros de investigación especializados: el Centro de Estudios Históricos (1941), el Centro de Estudios Sociales (1943) y el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios (1947). Posteriormente se creó el Centro de Estudios Internacionales (1960) y el Centro de Estudios Económicos y Demográficos (1964). En 1976 el Colegio se instaló en el edificio que ha sido desde entonces su sede y que fue construido especialmente para albergarlo, al sur de la Ciudad de México, en la avenida Camino al Ajusco, rumbo al cerro del mismo nombre.
Y fue así como nació la institución, con alumnos que fueron seleccionados con riguroso cuidado. “Hemos sido muy fieles a nuestro compromiso con la academia, prácticamente todos los estudiantes de maestría y doctorado que tenemos trabajan con una enorme carga de investigación y seminarios”, agregó Garciadiego.
70 años después, celebramos el aniversario de El Colegio de México con un acto oficial precedido por los príncipes de Asturias, en el que también asistieron el ministro de Cultura de España, César Antonio Molina Sánchez; y las secretarias de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota y Patricia Espinosa, de Relaciones Exteriores.
Luego del acto oficial se dictaron las conferencias magistrales “Fundación de la Casa de España”, con Clara E. Lida; “La Casa de España, mi casa”, con Antonio Alatorre; y “Aproximaciones sobre Gilgamesh”, con Jorge Silva. El jueves 2 las conferencias fueron “70 años de política en México”, con Lorenzo Meyer; “La apertura de la economía mexicana”, con Jaime José Serra Puche; “Problemas y retos de la Ciudad de México”, con Gustavo Garza; y “José Medina Echavarría y los orígenes de El Colegio de México”, con José Luis Reyna.
El acto de clausura fue presidido por el jefe de Gobierno del Distrito Federal Marcelo Ebrard Casaubón.
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