viernes, 19 de septiembre de 2008

Raúl Prieto, “Nikito Nipongo” (1918-2003)



Fue lexicógrafo, escritor, caricaturista y columnista mexicano. La obra de Raúl Prieto, “Nikito Nipongo” abarca cuento, novela, crónica, ensayo y reportaje, donde se burló de la ampulosidad, la demagogia y la venalidad y criticó con inteligencia y valentía a los funcionarios públicos. Comúnmente escogía lo mal dicho dentro de los discursos y despiadadamente señalaba los errores, las contradicciones, las falsedades o simples burradas. Fuese diputado o senador, Nikito los guillotinaba entre sonoras carcajadas. Todos le temían porque arrasaba con todos. Los abusos de poder, las chicanas, las transas lo sacaban de quicio y las denunciaba un día sí y otro también. Sus dieciocho libros abarcan cuentos y novelas como Hueso y carne publicado en 1956 y La Virgen murió en Chichicateopan (1988) hasta ensayos como Pemex muere (1981), sobre la situación del petróleo en México, sus deudas, empréstitos y corrupción. Pero su pasión fue la academia de la lengua a la que llamó Madre Academia y a la que puso como lazo de cochino. En ella analiza satíricamente varias ediciones de las más de 500 páginas del Diccionario de la lengua española, recopilando errores, barbarismos y omisiones para señalar el carácter tendencioso, elitista, "clerical" y arcaico de sus definiciones. Publicó en 1986Museo nacional de horrores, ilustrado por Alejo Vázquez Lira, se compone de crónicas de los dos terremotos de la ciudad de México en 1985. Nikito analizó las consecuencias de la tragedia y descubrió a los responsables. En su libro Si ya estás muerto, qué te importa, lanzado en 2003, poco antes de su muerte, Nikito se burla de las funerarias, de los cadáveres, de los familiares que chillan a moco tendido, de la farsa que es exaltar a quienes no tienen méritos, de los intelectuales cercanos al poder, de los periodistas ineptos y de muchas cosas más. Su crítica siempre resultó descarnada. Al igual que Julio Scherer García, Raúl Prieto se resistía a los homenajes y lo que más le atemorizaba era que algún político o funcionario le pusiera su nombre a alguna calle. El periodista Antonio Cantú, de la revista Ahí, hizo una analogía de Nikito con Heine, ambos dueños de un humor negro. Como la salud de Prieto decaía lentamente, Cantú comentó lo que dijo Nikito: "La ventaja es que aquí me queda muy cerca el panteón Francés. Me puedo ir caminando, y ahí me echaré de cabeza en cualquier agujero".



1 comentario:

  1. Estoy tratando de conseguir cartones de Alejo Vazquez Lira. Alguien me puede ayudar ?? Sergio Posada s_e_posada_a@hotmail.com

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