En el Museo Nacional de Arte (MUNAL) se presenta la exposición La muerte. El espejo que no te engaña. Se trata de una colección de obras pictóricas y gráficas que muestran las diversas maneras de representación de la muerte, desde el México virreinal hasta el siglo XX.
“No todo el tiempo se representó a la muerte con una calavera. Conforme pasó el tiempo, como en España en el siglo XIV con la presencia de la viruela negra y la peste bubónica, la gente reflexionó más sobre ella y la representó con calaveras”, explica Mariano Meza, uno de los curadores. Fue entonces que los mexicanos se apropiaron de esta representación, adaptándola.
La muestra se compone de 88 piezas entre textil, loterías, hojas, volantes, libros, reproducciones en impresión tipográfica, revistas, gacetas, dibujos, fotografías, portadas de revistas o cuentos y otros impresos, éstas forman un discurso en el que la muerte transita de lo solemne a lo festivo.
Estas piezas, procedentes de diversos acervos particulares e institucionales, ponen en cuestión los estereotipos característicamente asociados a la celebración del Día de Muertos y en el que se propone recapacitar en torno a las fuentes de las tradiciones mexicanas.
“Esta es la reflexión que hace el mexicano sobre la muerte, no sólo corporal sino también de la ilusión y del pueblo, que ya con la Revolución Mexicana el mexicano siente desolación”, explica el curador.
La exposición se divide en dos núcleos principales:
La portentosa Muerte.
En este primer núcleo se pretende mostrar una tradición de la muerte y las reflexiones en torno a ella que predominó en México durante la época virreinal. Desdoblan la imagen de la muerte, a partir de nuevas formas de representación, características de la herencia europea de las danzas macabras, representaciones populares en la poesía, teatro, pintura y artes gráficas del siglo XIV y XVI.
Esta sección comprende un gabinete de angelitos, que plantea las dos fronteras de la vida: el nacimiento y la muerte, cuyas representaciones de niños muertos tienen su origen en el siglo XVII. Una práctica cristiana donde los artistas novohispanos dieron forma y plasticidad a lo que se denominó "velorio de angelitos" donde eran captados los infantes fallecidos en atmósferas solemnes.
Estos eran bautizados y purificados del pecado original, de ahí la denominación de "angelitos", además fueron dotados de atributos iconográficos específicos como la palma en su manita y corona de flores.
“Es una tradición que viene del siglo XVII, influida de España, donde las familias aristócratas pintaban a los niños muertos. Vemos a niños parados de unos dos años, vestidos como adultos. Después los burgueses contrataban pintores amateurs y creaban figuras desproporcionadas y con rasgos indígenas”, detalla el curador.
Recuerdos del porvenir.
En esta sección la muerte se presenta con motivos burlescos y populares, característica de la iconografía popular de finales del siglo XIX y principios del XX. Donde la muerte implica un nuevo significado menos ortodoxo e incorpora la tradición gráfica mexicana en medio de un carácter festivo.
En la exposición participan al óleo Saturnino Herrán, José Chávez Morado, Tomás Mondragón y José Jara, entre otros; en las ilustraciones, los grabadores José María Guadalupe Posada, Manuel Manilla, Roberto Montenegro, entre otros, y en las fotografías, los hermanos Mayo y Mariana Yampolsky.
Esta estará acompañada de estaciones interactivas de consulta para todo tipo de públicos -niños, jóvenes y familias-, así como videos que permitirán al público complementar información en torno a las obras y los artistas, danzas macabras, iconografía de la muerte en el arte, el cine y la literatura.
También se proyectarán algunos fragmentos de cine mexicano en el que se representa la muerte y habrá actividades que estarán relacionadas a la celebración tradicional del Día de Muertos.
Así como la publicación del libro La muerte en el impreso mexicano (Editorial RM, 2008), de Mercurio López Casillas, coleccionista y bibliófilo. Aquí López Casillas analiza la tradición de representar a la muerte en las artes gráficas en el transcurso de las distintas épocas, desde la prehispánica hasta las páginas cómicas de la prensa mexicana contemporánea.
La mitad de estas 90 piezas que se exhiben pertenecen al Munal, mientras que el resto es de las colecciones del Museo Soumaya, el Museo de Arte Moderno, la Iglesia de la Profesa y de Mercurio López.
También se presentan fragmentos de películas del cine de oro mexicano donde se recrea la muerte, como Los olvidados, Nosotros los pobres, Macario y Pedro Páramo.
Para deleite de todos, esta muestra permanecerá abierta hasta el próximo 30 de noviembre. Es una oportunidad para vivir y sentir la muerte “a través del arte”.
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